La comarca de la Alcarria Conquense tiene un entorno natural de un altísimo valor ecológico. Cabe destacar la cercanía al embalse de Buendía, que es un motor económico para la zona. Es también zona de migración de aves protegidas, como la grulla o la menos conocida pero muy protegida avutarda. Además anidan en sus árboles multitud de grajos, que llenan nuestros oídos con su característico graznido.
Toda esta riqueza natural se ve amenazada por los proyectos para la instalación de 3 macrogranjas porcinas.
Todo este valioso paisaje será sustituido ahora por unas instalaciones industriales que, no sólo no van a beneficiar a la zona, si no que generarán problemas de malos olores, un inmenso consumo de agua, la contaminación de las aguas subterráneas y, muy posiblemente, del cercano pantano de Buendía. Todos hemos visto en televisión lo que un gran aporte de nitratos ha producido en el Mar Menor, esperamos que no tengamos que ver imágenes similares en lo que antes llamábamos con orgullo “el mar de Castilla”. Por no hablar del desastre que supondría un problema en una balsa de purines situada a menos de 500 metros del pantano.
En esta comarca hay planeadas 3 macrogranjas que contarán con casi 7.500 cerdos (aunque creemos que ese número puede llegar a doblarse en un futuro).
Estas macrogranjas afectan a 8 núcleos de población como son Portalrubio de Guadamejud, Tinajas, Garcinarro (y su importantísimo yacimiento arqueológico de La Cava), Moncalvillo de Huete, Jabalera, Valdemoro del Rey, Villalba del Rey y Buendía. Se trata por tanto de un ataque ecológico a toda la zona de la alcarria conquense. Esta zona, en plena España Vaciada, ya ha sido duramente golpeada por la despoblación y las consecuencias del trasvase Tajo-Segura. No podemos dejar que, además, se convierta en un estercolero para exportar carne barata a Europa y China, o muchos de estos pueblos, probablemente, desaparecerán.
Las tres explotaciones consumirán 30 millones de litros de agua cada año y producirían casi 17 millones de litros de purín (equivalente a 4,8 piscinas olímpicas), la sustancia que se obtiene al mezclar la orina, las heces y el agua con que se limpian las instalaciones.
Nos enfrentamos a un escenario que hace peligrar los recursos naturales y la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas.
Los habitantes de esta comarca nos oponemos a estas instalaciones que amenazan nuestra forma de vida y nuestro futuro.
