Mediciones de nitratos (NO3) en la provincia de Cuenca

Pueblos Vivos Cuenca realiza recurrentemente mediciones de numerosos puntos de agua para conocer el nivel de concentración de nitrato. El aparato que usamos es el LAQUAtwin-NO3-11

Según la OMS, el agua de consumo público puede contener de forma natural hasta 10 mg/l de nitratos. A partir de 25 mg/l se considera ya una incidencia importante y una alerta ante una posible contaminación. Por su parte, la Unión Europea fija el nivel máximo permitido de nitratos en aguas potables en 50 mg/l.

Tabla de resultados

Mapa de mediciones realizadas

Aparecen los valores expresados en miligramos de nitrato por litro de agua. Pincha en los puntos para ver los valores de cada medición:

Para conocer los resultados de un municipio más en detalle:

Macrogranja en Cardenete (foto de Datadista)

Nos enfrentamos a una situación que hace peligrar los recursos naturales y la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas.

En 2022 la CECU (Confederación de Consumidores) ha publicado un informe que analiza las mediciones de nitratos realizadas por el SINAC del Ministerio de Sanidad.

¿Qué son los nitratos?

Los nitratos son compuestos químicos formados por tres átomos de oxígeno y uno de nitrógeno (NO3). No tienen color ni sabor y se encuentran en la naturaleza tanto en los suelos como disueltos en el agua y pueden ser absorbidos por los organismos vivos.

El nitrógeno es esencial para la vida en la Tierra, y el ciclo del nitrógeno es uno de los ciclos de nutrientes más importantes para los ecosistemas naturales. Las plantas absorben nitrógeno del suelo y los animales se alimentan de ellas. Cuando mueren y se descomponen, el nitrógeno vuelve al suelo, donde las bacterias lo transforman y el ciclo comienza de nuevo.

Ciclo del nitrógeno. Fuente: Comisión Europea

Alteración del ciclo natural del nitrato

Pero el ciclo natural del nitrato puede verse alterado por actividades humanas, como el uso de fertilizantes agrícolas, tanto los químicos como los procedentes de excrementos de animales (purines) muy ricos en nitratos. Aunque los nutrientes son esenciales para la vida, cambiar sus cantidades presentes en el medio ambiente puede tener impactos negativos significativos en los ecosistemas y afectar incluso la salud humana.

Los abonos químicos en proporciones adecuadas mejoran el crecimiento de las plantaciones y aumentan su rendimiento. Sin embargo, normalmente se aplican en cantidades demasiado altas para que sean totalmente absorbidos por las plantas; los excedentes se infiltran a través del suelo y alcanzan las aguas subterráneas, contaminando pozos y acuíferos.

De la misma forma, los excrementos procedentes de animales de granjas, especialmente los purines de ganadería industrial, también aumentan la concentración de nitratos en el suelo, de donde pueden pasar a los acuíferos que hay bajo ellos. Fuente: Instituto de Tecnología Química (UPV-CSIC)

¿Cómo afecta al abastecimiento de un pueblo?

Esta contaminación afecta a los ecosistemas naturales y también al propio abastecimiento humano, ya que en pueblos como el nuestro el agua del grifo viene de captaciones de aguas subterráneas. Es un problema real ya y será un problema mayor a futuro, por los efectos del cambio climático que traerá desertificación y escasez de agua en nuestra zona.

Muchos son los pueblos de España que se están quedando sin agua potable debido a esta contaminación porque a partir de una concentración de 50 mg/l de nitratos el agua deja de ser potable (Directiva europea de Nitratos 91/676/CEE y Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero, por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano ) debido a que puede generar problemas para la salud.

En Cuenca tenemos varios caso donde se ha aconsejado no beber agua del grifo por alta concentración de nitratos: Villarejo Seco, Alberca del Záncara, Las Pedroñeras...

O casos como el de los pueblos segovianos de Ochando (reportaje de la Sexta) y Lastras de Cuellar (artículo de El País).

¿Cómo afectan al organismo los nitratos?

Los nitratos en si mismos son relativamente poco tóxicos, sin embargo, su toxicidad viene determinada por su conversión a nitrito. Los nitratos pueden transformarse en nitritos por reducción bacteriana, tanto en los alimentos (durante el procesado y el almacenamiento), como en el propio organismo (en la saliva y el tracto gastrointestinal).

Vías de ingestión de nitrato y nitrito y sus posibles efectos tóxicos. Fuente Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Ministerio de Consumo

Por este motivo, el grupo de mayor riesgo por la ingesta de nitratos son los bebés menores de 6 meses. En el caso del empleo de agua contaminada con nitratos para la preparación de biberones es posible la aparición de cuadros de cianosis (bebé azul). Esta intoxicación, provocada por la absorción de nitratos, en su forma más tóxica los nitritos por la acción bacteriana en el tracto digestivo. Los nitritos, al ser absorbidos pasan a la sangre combinándose con la hemoglobina, que transporta el oxígeno, dando lugar a la metahemoglobina, con menor capacidad de transporte. De tal manera que el poder de absorción del oxígeno por la sangre disminuye progresivamente y se traduce en fenómenos de asfixia interna.

Sin embargo, esta intoxicación no ocurre en niños de mayor edad ni en adultos, en los que al existir una acidez gástrica más elevada no se produce una proliferación bacteriana en los tramos altos del intestino, por lo que no ocurre esta reducción de nitratos a nitritos.

En el resto de la población, también existen grupos de riesgos y personas que podrían sufrir efectos adversos por la ingesta de nitratos como son las que presenten alteraciones que provoquen un aumento de la formación de nitritos, que tienen una hemoglobina anómala o que sufren carencias en el sistema enzimático encargado de transformar la metahemoglobina en hemoglobina. Entre ellas se encuentran: mujeres embarazadas, personas con hipoclorhidria gástrica natural o provocada por tratamientos antiácidos (úlcera péptica o gastritis crónica), personas con déficits hereditarios de metahemoglobina-reductasa o de NADH y personas con hemoglobina anómala.

Recientes estudios científicos ponen también de manifiesto cómo existe una relación directa entre la excesiva fertilización (y por ende contenido en nitratos) de cultivos como el trigo que podrían explicar la alta prevalencia de la celiaquía, una dolencia cada vez más habitual en nuestra sociedad.

Existen estudios epidemiológicos en los que se constata una relación entre los nitratos en el agua y la carcinogénesis con valores de nitratos inferiores a 25 mg/l según un estudio del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, Valencia.

La International Agency for Research on Cancer (IARC), dependiente de la OMS, clasificó la ingesta de nitratos y nitritos en condiciones específicas como “probablemente cancerígena
para el ser humano” (grupo 2A).


Según el Ministerio de Sanidad, “diversos estudios han evaluado la asociación entre exposición a nitrato a través del agua y diversos tipos de cáncer: estómago, vejiga, riñón, próstata,
linfoma no-Hodgkin y colorrectal. Sin embargo, la evidencia de carcinogenicidad por exposición a través del agua es inadecuada”.

¿Cuáles son los efectos ambientales de la contaminación por nitratos?

Las aguas subterráneas, pese a ser poco conocidas e invisibles, son cruciales para el abastecimiento humano, y lo serán especialmente en el futuro al ser nuestras reservas estratégicas de agua frente al cambio climático. La contaminación de estas masas subterráneas de agua por nitratos es una amenaza silenciosa que sin duda vendrá a pasarnos factura en breve, pues la cada vez menor disponibilidad de agua superficial nos hará tener que utilizar cada vez más agua de pozos y sondeos.

En el caso de la contaminación por nitratos del agua superficial las consecuencias son trágicas, pero relativamente rápidas de detectar y corregir. Sin embargo, el problema de la contaminación de las aguas subterráneas es que es difícil de detectar y, sobre todo, de tratar, ya que cuando se produce esta detección el mal ya está hecho y es tarde. Se trata en muchas ocasiones de una contaminación difusa y dispersa (en otras es puntual y focalizada). Y lo que es peor, la posible recuperación de la calidad de las aguas subterráneas afectadas por contaminación y/o sobreexplotación necesita periodos muy largos de tiempo para solventarse (varias décadas en el mejor de los casos).

Si un acuífero es contaminado por nitratos (o por fosfatos) afectará a un inmenso volumen de terreno (dependerá también de su litología o tipo de roca) que puede afectar cientos de hectáreas de extensión y decenas de metros de profundidad. Las sustancias contaminantes quedan retenidas en los poros de las rocas del acuífero, lo que hace que queden retenidas en el subsuelo. Estas peculiaridades hacen que sea técnicamente imposible recuperar un acuífero contaminado. La razón es el elevadísimo coste económico que supone este remedio, por lo que la solución más frecuente es el abandono del acuífero y, por tanto, de sus posibilidades hídricas para el abastecimiento para el futuro.

La contaminación del agua subterránea por nitratos (u otros) se suele descubrir tarde y se hace a través de análisis químicos a las aguas afectadas, cuando esta se va a utilizar para abastecimiento de una población.

¿Qué hacen en otros países con este problema?

Por ejemplo, en Países Bajos el Ministerio de Agricultura subvenciona desde 2019 la clausura voluntaria de granjas de diversos tamaños cercanas a zonas pobladas para evitar las molestias de los olores y la contaminación por nitratos.

En Países Bajos son tan conscientes de la gravedad de la contaminación de las aguas que en 2022 han creado un Ministerio de la Naturaleza y el Nitrógeno, encargado de la reducción de las emisiones de todo el sector ganadero.

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