Bajo el lema “Tejiendo resistencias”, la localidad conquense de Cañete acoge el próximo domingo 9 de junio la celebración del III Encuentro Provincial contra la ganadería industrial, organizado por la Plataforma Pueblos Vivos Cuenca.
Sábado, 8 de junio de 2019
Más de sesenta vecinos de distintas plataformas vecinales han confirmado su asistencia, procedentes de localidades como Villar de Domingo García, Villalba de la Sierra, Mota del Cuervo, Zarzuela, Priego, Cuenca, Cardenete y Cañete, con el propósito de seguir uniendo fuerzas ante la incesante proliferación de este tipo de industria en la provincia. A partir de las 11 horas, y en las escuelas viejas, los presentes volverán a debatir entorno a las consecuencias negativas que las instalaciones de ganadería intensiva, especialmente porcina, generan en la provincia, y sobre las posibles actuaciones que se puedan llevar a cabo para frenar el ritmo acelerado que ha adquirido en concreto en Cuenca.
Junio ha sido declarado el Mes de la resistencia a la ganadería industrial por la Coordinadora Estatal, y en ese marco se van a tratar los demás temas. Se trasladarán las conclusiones del III Encuentro Estatal en Villalpando (Zamora) del pasado 1 y 2 de junio, así como del reciente acto celebrado en Manzanares, localidad que acogió el Premio Regional de Medio Ambiente 2019 el 5 de junio (coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente), el cual le fue concedido a Greenpeace y al que también fue invitada a asistir la Plataforma CLM Stop Macrogranjas. También se abordará el futuro de los pueblos tras las pasadas elecciones municipales y autonómicas, en las que ha tenido una importante repercusión las macrogranjas.
Pueblos Vivos Cuenca sigue apostando por una moratoria que permitiera hacer una planificación estratégica del sector, tal y como se ha hecho con la ganadería extensiva, examinando y definiendo previamente hasta dónde se puede llegar con este tipo de ganadería industrial para controlar los efectos adversos que tiene en cuanto a contaminación del aire y las masas de agua. Por ese motivo, lo más adecuado sería llevar a cabo, por parte de la Junta de Comunidades, una suspensión de autorizaciones ambientales, como ya han hecho muchos ayuntamientos en materia urbanística, hasta que se tengan los datos definitivos y una planificación ordenada del territorio, competencia obviamente del gobierno regional.
