Categorías
Comunicados

Kilómetros de purín

Hoy en FITUR se celebra el día de Cuenca. Y la Diputación lleva su campaña Kilómetros de Calma. Y nos encanta que se promocione nuestra provincia. Lo que no nos gusta tanto es que a la vez la Junta y la Diputación sean complices de que muchos de nuestros pueblos se estén convirtiendo en estercoleros y macropocilgas, o macrovertederos de los residuos industriales que no quieren en Madrid (como Almonacid del Marquesado). Por eso alertamos que hay otra Cuenca, la que tiene Kilómetros de purín y Kilómetros de vertederos.

Cuenca, una provincia rica en biodiversidad lo que constituye un patrimonio natural de valor incalculable, de cara al desarrollo de actividades relacionadas con él. Esta riqueza natural es una oportunidad para desarrollar sin duda alguna un modelo turístico sostenible y generar nuevos ingresos a la población que permanece en el territorio.

Pero, ¿qué está pasando en la provincia de Cuenca?

Cuenca, una provincia en la que muchos municipios se encuentran en una especie de muerte crónica, ya que desde hace años no nacen niños y en los pocos donde sí lo hacen, la gente joven no pueden desarrollar, en sus municipios, un proyecto vital por falta de oportunidades y tienen que emigrar a otros lugares, en busca de ellas. Y quienes han decidido quedarse en ellos e invertir en actividades relacionadas con el turismo de naturaleza, tienen una amenaza de ruina sobrevolando.

Ruina que está siendo provocada por esa aberración de nuestros poderes públicos, de construir el mayor macrovertedero privado de España en Almonacid del Marquesado que ocupa una superficie total de 53 hectáreas (más de 100 campos de fútbol) y con una capacidad de 21,5 millones de m³.

Ruina por construir macrogranjas porcinas de forma descontrolada, que generarán millones de m³ de purines que se verterán en campos próximos a las zonas pobladas, áreas recreativas y alojamientos rurales, o incluso en cursos de río -arrojados con nocturnidad y alevosía- causando un daño irreparable al desarrollo de las zonas rurales.

La ciudadanía no tenemos que consentir la construcción de industrias tan contaminantes porque, realmente, ¿a quiénes benefician esos despropósitos?

Porque, ¿Quién va a querer ir a hacer turismo o simplemente a vivir a un pueblo en el que huela mal o no pueda beber agua del grifo?

Muchas veces, los poderes públicos hablan de la provincia de Cuenca como la «Laponia española», y ¿cómo no? Si a día de hoy la densidad de población de la provincia es de 11,42 hab/Km² y la densidad de cerdos de la provincia es a día de hoy como mínimo de 30,93 cerdos/Km². Si ya tocamos como mínimo a 7 cerdos por habitante y año.

Para quienes intentan vender humo, con este tipo de desarrollo que prometiendo que generan empleo y fijan población -los datos del INE, dicen lo contrario-, deciros que empieza a ser tarde: Nuestra provincia esconde contaminación de las aguas de boca, cientos de macrogranjas, un macrovertedero y los muchos que están por llegar en un futuro, no muy lejano. Y por si fuera poco, cada día, se aprueban en Castilla-La Mancha, leyes más laxas, para sacar adelante, en el menor tiempo posible, este tipo de proyectos tan contaminantes…

Y mientras que entre unos y otros continúan convirtiendo a la provincia de Cuenca en el estercolero de Europa, desde Pueblos Vivos Cuenca lamentamos el posicionamiento de la Diputación Provincial de Cuenca, claramente a favor de los poderosos empresarios de la ganadería industrial.