La localidad conquense de Barajas de Melo acogió el pasado sábado 13 de abril su primera charla informativa de Pueblos Vivos Cuenca para tratar el tema de la futura instalación de una granja porcina intensiva, la cual se haya todavía en su fase de consulta. El acto, al que asistieron alrededor de cincuenta vecinos de la localidad, la alcaldesa Milagros Llorente y el concejal Luis Ayllón, y el propio promotor procedente de Madrid (Mayengal, S.L.), estuvo organizado por la plataforma local, que ante la propuesta municipal de instalación de esta granja de ganadería industrial, quiere que los ciudadanos de Barajas de Melo obtengan toda la información sobre la misma, antes de tomar una decisión al respecto.
Los encargados de conducir la charla fueron en esta ocasión Daniel González, miembro de Ecologistas en Acción Cuenca y de la plataforma estatal Stop Macrogranjas C-LM, y Milagros Herreros, coordinadora de la plataforma local Salvemos la Serranía de Cardenete y comarca, y una de las portavoces de Pueblos Vivos Cuenca. Ambos expusieron las características de estas instalaciones y los inconvenientes que suponen para la vida de los ciudadanos, y se abordaron los casos concretos de las instalaciones de Barajas de Melo y de Cardenete, donde desde el año 2017 existe una instalación de ganadería intensiva de 6.370 plazas de porcino para cebo.
Tras las dos exposiciones, se abrió un debate entre los asistentes, aprovechando la presencia de los responsables municipales y del promotor. Este último, que no es vecino de la localidad, y cuya producción no se destinaría a la planta de Incarlopsa de Tarancón, próxima a Barajas de Melo, expuso que se trata de una granja de selección con 2.690 plazas de cerdas reproductoras (de cría) con lechones hasta 20 kilos (en fase de destete), 296 cerdas de autorreposición, y 12 verracos. La instalación se situaría en unos terrenos situados a poco más de tres kilómetros y medio del núcleo urbano (3,6 km), y que con ella, según dijo el promotor, se crearían 22 puestos de trabajo repartidos en turnos de mañana o tardes y fines de semana, comentario que sorprendió a los asistentes, ya que es sabido que la mecanización de estas instalaciones hacen posible su mantenimiento con poco personal.
A continuación, la alcaldesa de la localidad y el concejal, expusieron su interés por no cerrar ninguna posibilidad de industria al pueblo, sin antes haberla conocido a fondo, y por eso seguirán los trámites oficiales.
El proyecto de Barajas de Melo, elaborado en enero de 2018, se situaría en una parcela de 21,76 hectáreas, con once naves, y con una extensión construida de 21.604 m². La capacidad de su balsa sería de 8,3 millones de litros de purines, llegándose producir 18 millones de litros de purín al año. Para verter el purín, serían necesarias 189 hectáreas. Y para alimentar al ganado se precisarían 5.680 toneladas de pienso al año. Anualmente se generarían 50.000 kg de cadáveres.
Las cifras de emisión de gases estarían en 26.591 Kg de amoníaco y de 78.987 Kg de metano al año. Mientras que el consumo de agua, siendo el acceso al recurso hídrico el mayor de los inconvenientes para su instalación, sería de 22,5 millones de litros al año (al día son necesarios 61.916 litros, de los cuales 59.697 serían para consumo de los animales, y 2.219 para limpieza). El agua de Barajas de Melo está destinada al regadío, por lo que antes se tendría que llegar a algunos acuerdos con los agricultores.