- La ordenanza prohíbe hacerlo entre el 16 de mayo y el 14 de octubre, los sábados, domingos, festivos y sus vísperas y obliga a inyectarlos de forma simultánea bajo tierra, con sanciones de entre 750€ y 3.000€
- A la Plataforma que se opone a la instalación de macrogranjas le parece bien la propuesta pero le preocupa el “agravio comparativo” entre núcleos y el impacto que tendrá en los «escasos recursos de agua»
artículo obtenido de https://web.archive.org/web/20220629095540/https://alcarriaesmas.com/noticias.noticia.php?ID=926
El grupo mayoritario del Ayuntamiento de Villar de Domingo García aprobó en un Pleno extraordinario el pasado 14 de marzo una ordenanza reguladora del almacenamiento, transporte, vertido y distribución en fincas rústicas de suelos agrícolas de los residuos procedentes de fuentes de origen ganadero (purines). Esta prohíbe verterlos en el antiguo término municipal de Sacedoncillo (pueblo abandonado), a menos de 2 kilómetros del casco urbano de Noheda —donde se encuentra el yacimiento de la Villa Romana— y a menos de 1km del de Villar de Domingo García, endureciendo la normativa autonómica y estatal que lo fija a 200 metros de los municipios. Tampoco permite hacerlo en todo el término municipal entre el 16 de mayo y el 14 de octubre, los sábados, domingos, festivos y sus vísperas, así como los días de celebración de las fiestas patronales. Además, obliga a inyectar el purín directamente bajo tierra de forma simultánea al vertido, estableciendo un volumen máximo anual por parcela de 7 m³ por hectárea (210Kg de nitrógeno). Las sanciones establecidas en caso de infracciones van desde los 750 euros de las leves hasta los 3.000 de las muy graves.
Así consta en el expediente al que ha tenido acceso esta redacción y que se encuentra expuesto en dicho consistorio para posibles reclamaciones durante 30 días hábiles desde su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOPC) del 22 de marzo de 2019. Este persigue “minimizar las molestias que estas actividades puedan ocasionar” y “crear/conservar un entorno limpio y favorable para la vida, el ocio, el descanso, las actividades turísticas, el trabajo, etc, protegiendo la salud de la población”. Con ese objetivo, también prohíbe el vertido de purines, estiércoles y residuos procedentes de fuentes de origen ganadero y el tránsito por los caminos municipales durante los periodos de lluvia, después de tormentas y en terrenos cubiertos de nieve, así como sobre aquellas parcelas que tengan una pendiente superior al 7%. Asimismo, establece una distancia de 50 metros de vías de comunicación de la red viaria nacional, regional o provincial, de 25 metros de montes catalogados de utilidad pública, de 500 metros de pozos, captaciones o de manantiales de abastecimiento para la población, de 100 metros de los cauces de corrientes naturales de agua continuas o discontinuas y de 200 metros de los pozos de abastecimiento del ganado, depósitos reguladores o de almacenamiento de agua.
A la Asociación Plataforma Villar de Domingo García —que agrupa a los vecinos que se oponen a la instalación de macrogranjas— le parece bien «toda propuesta que suponga la regulación del vertido de purines y el cuidado del medio ambiente», aunque les preocupa el “agravio comparativo” entre los núcleos de población al establecer un perímetro de prohibición de 2km para Noheda y solo 1 para Villar de Domingo García, que es el municipio con más habitantes. Según ha señalado a esta redacción su portavoz, Carmen Ballesteros, la impresión de su entidad es que existe “poca disposición para el diálogo y el debate o el estar abiertos a sugerencias” por parte del grupo mayoritario del Ayuntamiento que, en su opinión, actúa “abiertamente a favor del proyecto de macrogranja sin velar por el cuidado de los recursos naturales del municipio”, especialmente respecto al “impacto que de instalarse esta actividad tendría en los escasos recursos de agua”.
También califica como “incongruente” que el consistorio fomente el turismo derivado del yacimiento de la Villa Romana de Noheda y, por otro lado, apoye una “industria contaminante” que, a su juicio, “generará inevitablemente olores nauseabundos en el casco urbano de Villar de Domingo García y por ende en el Centro de Interpretación del yacimiento” pues señala que los camiones que transporten los cerdos pasarán “por la misma puerta” de este. En relación con el tránsito por las calles y travesías de las cubas que contengan purines y lodos de depuradora, la ordenanza solo la prohíbe si no está garantizada su estanqueidad de a través de cierres herméticos, “en cuyo caso podrán utilizar la travesía de las carreteras N-320 (en la que se encuentra el desvío a Noheda) y CUV-2121” a su paso por la localidad.
Como ya os avanzó este portal, a 2,2 kilómetros de este municipio se ha presentado un proyecto para construir una explotación de producción de lechones de cerdo con una capacidad de 3.200 plazas junto con 400 de reposición —será el más grande de la provincia, llegando a una producción de 95.000 lechones al año— que ya ha pasado el periodo de información pública, habiendo recibido alegaciones de particulares y plataformas a las que ha contestado el promotor, que también ha realizado las modificaciones que le han requerido los distintos organismos respecto al expediente inicial. Todo ello se puede consultar en NEVIA, la página web oficial desde la que la Junta de Castilla-La Mancha informa sobre las evaluaciones de impacto ambiental de iniciativas como esta, que ya se encuentra en la fase final: “pendiente de recibir el certificado I.P. del organismo sustantivo”. Según el promotor, “conllevará la creación de aproximadamente 18 puestos de trabajo directos y 50 indirectos” y tendrá “repercusiones positivas sobre los negocios del pueblo (pernoctaciones, comidas, trabajo para los talleres, etc) no solo durante las obras sino a lo largo de toda la vida del proyecto, amén del aumento poblacional» (ver Alcarria Es Más, 3 de septiembre de 2018).
Prohibido verter purín en un radio de 2,5km del núcleo de Priego y a menos de 500m de los cauces de agua El Ayuntamiento de Priego es otro de los consistorios que ha aprobado recientemente (en un Pleno ordinario el pasado 3 de abril) una ordenanza de gestión y vertido de purines procedentes de macrogranjas porcinas, en este caso redactada y propuesta por un grupo de vecinos (con el apoyo de 224 firmas) en marzo de 2018. Como nos ha contado el portal informativo de la localidad ‘Las Cuatro Esquinas’, la Alcaldía retrasó su tramitación pidiendo informes sobre cómo proceder y alegando que la secretaria tenía otros asuntos que tratar, una situación que denunciaron los promotores de la ordenanza ante el Defensor del Pueblo, institución que acaba de comunicar al consistorio que incumplió la ley con varias de sus actuaciones. El BOPC del 8 de abril ha abierto el periodo de información pública para alegaciones durante 30 días de una normativa municipal que, como explica el mismo digital (ver Las Cuatro Esquinas), prohíbe verter purín en un radio de 2,5 kilómetros y a menos de 500 metros “de los cauces de corrientes naturales de agua continuas o discontinuas”. Tampoco podrá realizarse en los meses de junio, julio, agosto y septiembre y nunca deberá superar la dosis de 60 kilogramos de nitrógeno por hectárea y año, teniendo que ser enterrado en el plazo máximo de 24 horas durante los meses de enero, febrero, noviembre y diciembre, y en el mismo momento del vertido en marzo, abril, mayo y septiembre para evitar malos olores, con multas que oscilan entre los 100€ y 6.000€. Con esta propuesta, los vecinos querían anticiparse a la posible construcción de dos nuevas granjas que elevarían a 20.000 el número de cerdos que se ceban en Priego —donde ya se ha aprobado la ampliación de la que está funcionando—, produciéndose 42.000.000 de litros de purín. |