En esta fecha, 11 de noviembre, cuando tradicionalmente se ha hecho la matanza del cerdo, Pueblos Vivos Cuenca quiere reivindicar una ganadería sostenible a nivel social, económico y ambiental, contrapuesta a la ganadería intensiva que se está promoviendo en nuestra provincia en la actualidad.
Plataformas de toda la provincia agrupadas en Pueblos Vivos Cuenca, se dan cita a las 12:00h. de este domingo en la Plaza de España para hacer un recorrido a pie por el centro de la ciudad reivindicando una política pública que defienda un mundo rural vivo y, especialmente, los recursos naturales de los que depende.
Viernes, 9 de noviembre de 2018
Dada la situación de descontrolada proliferación de proyectos de ganadería industrial en la provincia de Cuenca, con aumento del 30% del ganado porcino en régimen intensivo en los últimos dos años, las diferentes plataformas locales que componen Pueblos Vivos Cuenca se manifestarán este domingo recorriendo desde la Plaza de España y pasando por la Calle Carretería, la Plaza de la Hispanidad, Calle Aguirre, Calle Las Torres y Parque San Julián, hasta llegar nuevamente a la Plaza de España, reivindicando la defensa del medio rural frente a actividades que no sólo perjudican sus medios de vida, sino que no solucionan el gran problema de la despoblación.
Después de un estudio detallado de la evolución de la población en los municipios conquenses, hemos constatado como los municipios con mayor número de explotaciones ganaderas porcinas y mayor número de animales en sistema intensivo, como Garaballa, Landete, Ossa de la Vega o Huerta de la Obispalía, son precisamente los que más población han perdido, llegando a perder hasta un 51% de su población en el caso de Garaballa entre 2001 y 2017, mientras que otras poblaciones, como Villalba de la Sierra o Villar de Domingo García, dedicadas a otros sectores económicos, su pérdida ha sido mucho menor, un 12% y un 22% respectivamente, en el mismo periodo.
Estos datos no implican que la causa de la despoblación sea la ganadería intensiva, puesto que el proceso es multicausal, pero sí muestran que este modelo de ganadería no frena la despoblación rural y, por casualidad o no (habría que hacer un estudio más pormenorizado de cada caso), donde más ganadería intensiva hay, más población se ha perdido en las últimas dos décadas. A la cuestión de la despoblación, podemos sumar diferentes aspectos ambientales en los que la Comisión Europea ha incidido recientemente con respecto a España, como la contaminación de acuíferos por nitratos y las emisiones de amoniaco, asociados a la ganadería intensiva.
Desde Pueblos Vivos, solicitamos a la Viceconsejería de Medio Ambiente una mayor rigurosidad en los procesos de evaluación ambiental de los proyectos de ganadería industrial. En palabras de Daniel González, portavoz de la Plataforma, “tenemos una legislación ambiental ya de por sí muy laxa, por ello muchos proyectos vienen a nuestro territorio, pero es que además, a ello se une una mala aplicación por parte de la administración regional, como podemos constatar en las distintas sentencias que hemos conocido recientemente, que nos dan la razón en cuanto a que muchos proyectos no cumplen los requisitos exigidos por la normativa y el órgano ambiental les ha dado el visto bueno, como los casos de Huerta de la Obispalía y Cañete. A esto se añade la falta de transparencia que ha constatado el TSJ, el cual ha reclamado a la Junta de Comunidades en distintas ocasiones que entregue la documentación solicitada de los expedientes administrativos cuyo plazo de entrega finalizó sin que las solicitudes de información fueran atendidas”, según afirma el portavoz.
Daniel González plantea que «dada la actual proliferación de solicitudes, lo lógico sería hacer una planificación estratégica del sector, tal y como se ha hecho con la ganadería extensiva, examinando y definiendo previamente hasta donde se puede llegar con este tipo de ganadería industrial para controlar los efectos adversos que tiene en cuanto a contaminación del aire y las masas de agua. Mientras, atendiendo al principio de precaución, se debería aprobar una suspensión de autorizaciones ambientales, como ya han hecho muchos ayuntamientos en materia urbanística, hasta que se tengan los datos definitivos y una planificación ordenada del territorio, competencia obviamente del gobierno regional».
La Asociación Pueblos Vivos Cuenca está formada por plataformas locales de más de 20 localidades de la provincia.