- Según las muestras recogidas en noviembre de 2021 por la plataforma de vecinos, la de Fuente San Julián presenta “contaminación por nitratos” y otros 4 espacios están en “alerta ante posible contaminación”
- ‘Pueblos Vivos Cuenca’ señala que si salen adelante los dos proyectos de granjas porcinas para 6.180 reses cada una y la ampliación de la actual de 1.990 a 7.000, producirán 41,6 millones de litros de purín anuales
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La concentración de nitratos es elevada en varios puntos de agua de Priego como la Fuente El Chorrillo con 42 mg/l (miligramos por litro), el Arroyo del Corzo con 39 mg/l y la Fuente Villar con 31 mg/l, llegando hasta los 59 mg/l en el caso de la Fuente San Julián, que supera el nivel máximo permitido por la Unión Europea en aguas potables (50 mg/l), considerándolo “contaminación por nitratos”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el agua de consumo público puede contener de forma natural hasta 10 mg/l de nitratos, mientras que partir de los 25 mg/l —cifra que también supera ligeramente el Río Trabaque en uno de sus puntos (26 mg/l)— lo califica de “una incidencia importante” y de “una alerta ante una posible contaminación”. Es el resultado de las muestras recogidas durante noviembre de 2021 por la plataforma de vecinos del municipio que se opone a la instalación de explotaciones porcinas con uno de los medidores que la ONG ambientalista Greenpeace ha repartido entre las entidades sociales de toda España para que puedan comprobar cuál es la calidad actual de sus aguas. Según informa la agrupación ‘Pueblos Vivos Cuenca’, la idea es que otras asociaciones de la provincia que forman parte de ella realicen sus mediciones próximamente aunque la limitación es que solo cuentan con un medidor para todas las de Cuenca, con lo que no tendrán los resultados tan rápido como les gustaría.
Fuente: Pueblos Vivos Cuenca.
El informe de esta entidad señala que tanto los abonos químicos como los purines (sustancia que se obtiene al mezclar la orina, las heces y el agua con que se limpian las granjas) si se aplican en cantidades demasiado altas para que sean totalmente absorbidos por las plantas “aumentan la concentración de nitratos en el suelo, desde donde pueden pasar a los acuíferos” y añaden que son ya muchos los pueblos de España que se están quedando sin agua potable como, en el caso de Cuenca, Villarejo Seco, Alberca del Záncara o Las Pedroñeras donde las autoridades han aconsejado no beber agua del grifo por la alta concentración de nitratos.
Así, recuerdan que en Priego hay una explotación de 1.990 cerdos en funcionamiento cuya ampliación para aumentar su capacidad a 7.000 recibió la autorización de la Administración autonómica, aunque se encuentra en proceso judicial porque el Ayuntamiento se opuso a conceder la licencia urbanística al promotor al exceder los edificios los metros de fachada establecidos en el Plan de Ordenación Municipal (POM). También paralizados porque el consistorio cree que incumplen esta normativa se encuentran dos proyectos de instalaciones en el término para 6.180 reses cada uno, el primero habiendo recibido ya el visto bueno de la Consejería de Desarrollo Sostenible y el segundo a la espera de hacerlo tras haber superado la fase de información pública. Si finalmente salieran adelante serían 19.360 cerdos en un pueblo de menos de 1.000 habitantes, consumiendo las tres explotaciones 78 millones de litros de agua al año (casi el doble de agua que toda la población) y produciendo 41,6 millones de litros de purín (equivalente a 12 piscinas olímpicas), lo que a su jucio «haría peligrar los recursos naturales y la calidad de vida de los vecinos”.
Fuente: Pueblos Vivos Cuenca.
Los resultados de las mediciones en los puntos de agua más cercanos a las explotaciones planteadas son de 26 mg/l (antes de llegar a la granja porcina) y de 24 mg/l (pasada la granja) en el Río Trabaque y de 19 mg/l en el Arroyo Borbotón (ver mapa). Aunque en los informes medioambientales se especifica que su ubicación “no está comprendida dentro de las zonas calificadas como vulnerables a los nitratos», desde ‘Pueblos Vivos Cuenca’ explican que la contaminación del agua superficial tiene “consecuencias trágicas, pero relativamente rápidas de detectar y corregir” mientras que en las aguas subterráneas es “difícil de detectar y, sobre todo, de tratar, ya que cuando se produce esta detección el mal ya está hecho y es tarde”. En muchas ocasiones, aclaran, es una contaminación «difusa y dispersa” y su “posible recuperación necesita periodos muy largos de tiempo para solventarse (varias décadas en el mejor de los casos)” suponiendo un “elevadísimo coste económico, por lo que la solución más frecuente es el abandono del acuífero y, por tanto, de sus posibilidades hídricas para el abastecimiento para el futuro”.