El pasado viernes 20 de abril, el eurodiputado Florent Marcellesi visitó la ciudad de Cuenca para exponer la problemática de la proliferación de macrogranjas porcinas, no solo en la provincia de Cuenca, sino en toda la región.
El portavoz de EQUO en el Parlamento Europeo desde 2014, y diputado desde 2016 con esta formación, hizo un contundente repaso a la actualidad de las macrogranjas en nuestra provincia en un café coloquio en el que participaron miembros de diferentes plataformas como Ecologistas en Acción Cuenca y la Plataforma No a la Macrogranja en Pozuelo y Argamasón de Albacete.
La charla, que tuvo lugar en la Residencia Universitaria Alonso de Ojeda, la abrió Daniel González, portavoz de “Pueblos Vivos Cuenca”, cuya intervención sirvió para contextualizar la situación real en la provincia exponiendo que en el ultimo año las solicitudes de licencias de explotación para este tipo de granjas han aumentado hasta las 33, mientras que en años anteriores apenas era de 4 solicitudes. Este incremento se debe, principalmente, a los planes de expansión de dos de las principales empresas del sector cárnico en nuestro país, Incarlopsa, con sede en Tarancon; y la catalana Vall Companys. Estas expansiones, unido a las ayudas por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que desde 2016 incluye el sector porcino de cebo como sector estratégico otorgando hasta 100.000 Euros por puesto de trabajo creado; han sido los principales motivos por los que se ha producido esta “invasión de solicitudes de nuevas explotaciones”.
Por su parte, Florent Marcellesi, expuso que el problema de las macrogranjas en la provincia, o en Cañete en concreto, no son un caso aislado, sino que es la tónica general a lo largo y ancho de la geografía española y que también se está comenzando a proliferar de manera sistemática por varios países europeos como Polonia y Alemania. Esta industria cárnica “Low Cost”, como la define Florent, a parte de traer consigo un impacto ambiental claramente perjudicial, también convierte a las zonas despobladas, como es el caso de Cuenca, en un blanco fácil para la instalación de estas explotaciones pues la resistencia a ellas es menos visible de lo que podría serlo en otras zonas geográficas. Además de este impacto, el Eurodiputado hizo hincapié en que estos proyectos son contraproducentes en la lucha contra la despoblación pues, según los estudios estas explotaciones destruyen cuatro veces más puestos de trabajo de los que crean, algo que, desde luego, no ayuda a fijar población real en las zonas deprimidas.
Otro de los principales puntos que se trató en el coloquio fue el peligro para la salud que supone el sobreconsumo de carne procedente de estas explotaciones que, aunque en España se ha asentado en 50Kg al año por persona, las clases medias de los países emergentes asiáticos que demandan esa carne “low cost”, una carne que se produce en España. Por eso, aunque el numero de explotaciones ha disminuido considerablemente, el número de cabezas sacrificadas no para de crecer. Esta situación genera, tal y como afirmaba Florent, que dejemos de hablar de ganadería, sino de industria; ya que los procesos de mecanización de las granjas están orientados a obtener el máximo beneficio sin prestar atención a la calidad o al bienestar animal.
Así mismo la industrialización del sector conlleva directamente la producción de una carne de muy baja calidad, algo que plantea un serio problema de salud de los consumidores pues, entre otras cosas, más del 80% de los antibióticos que se utilizan en nuestro país se usan de forma preventiva para estos animales, lo que esta generando una resistencia a los antibióticos. Para finalizar Marcellesi no quiso olvidar el problema de sobreexplotación en este tipo de explotaciones que normalmente suponen un atentado contra el bienestar de los animales pues, para hacernos una idea, en España se sacrifican al año 50 millones de cerdos, mas de uno por habitante.
En definitiva, este coloquio, junto a la posterior visita al pueblo de Cañete para conocer el problema concreto de este caso, sirvió al eurodiputado para hacer una valoración real sobre el terreno de la dimensión de este problema. Por tanto, la jornada puede ser considerada como punto de partida sobre el que trazar la hoja de ruta para llevar al Parlamento Europeo la problemática de las macrogranjas mediante diferentes herramientas parlamentarias.