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El 90% de la población de Almendros se opone la macrogranja de Incarlopsa

Este sábado tuvo lugar una reunión informativa organizada por vecinos del pueblo en el Centro Cívico de la localidad. A ella no acudió ningún representante del Ayuntamiento pese a estar invitado.

Tras la charla, se está realizando una recogida de apoyos contra el proyecto que ya acumula 203 firmas, y siguen llegando, teniendo el pueblo 130 habitantes durante todo el año más la población que tiene allí su segunda residencia.

El movimiento vecinal de Almendros contra la macrogranja de Incarlopsa organizó en la tarde del sábado una reunión informativa a la que asistió todo el pueblo, unas 270 personas, aproximadamente 130 habitantes que viven todo el año más las familias que tiene en este municipio. A esta reunión se invitó a ponentes que podían aportar información sobre este tipo de instalaciones. En la mesa informativa se sentaron un ingeniero agrónomo, Natividad Pérez, alcaldesa de Balsa de Ves, pueblo albacetense afectado por una macrogranja, un representante de Pueblos Vivos Cuenca, plataforma que agrupa a pueblos afectados por estas explotaciones industriales y vecinos de localidades como Priego, Cañete y Reillo, donde existen estas granjas industriales desde hace años o hay proyectos de construirlas.


En las ponencias se expusieron experiencias donde las macrogranjas han traído muchos inconvenientes, como la destrucción de carreteras por el tránsito de camiones de gran tonelaje, la contaminación de aguas, los malos olores que están espantando al turismo, los bajos impuestos que aportan a los municipios, la perdida de fertilidad por la salinización de las tierras, entre otras. Tras las ponencias se invitó al promotor local de la explotación, socio de Incarlopsa, a exponer sus argumentos favorables a la instalación, el promotor destacó los 14 puestos de trabajo que tenía pensado crear y, aunque asumió los problemas que podían haber causado este tipo de explotaciones en otras poblaciones ya que podía ser una industria contaminante, aseguró que en el caso de Almendros esto no iba a suceder puesto que él iba a poner todo su empeño por “hacer las cosas bien, no como en otros lugares”. Asimismo, prometió que si a la gente no le gustaba la incineradora de cadáveres por los riesgos tóxicos que conllevaba se plantearía quitarla del proyecto.

A partir de aquí se inició un sano debate en el que la inmensa mayoría del público se mostró contrario a la instalación de la macrogranja, expresando preocupación por el futuro del pueblo, sobre todo relacionado con el turismo cultural ya que la explotación está proyectada a escasos 3 km. del Parque Arqueológico de Segóbriga, uno de los más visitados en la península ibérica, también por el turismo ornitológico surgido a partir de ser un hábitat idóneo para las aves esteparias. Un vecino recordó que actualmente en el pueblo se vivía muy bien y el índice de desempleo era bajísimo por lo que la mayor ventaja que podría traer el proyecto en realidad era ficticia; de hecho, para conseguir esos 14 empleados tendría que acudir a otras poblaciones puesto que en Almendros la cifra de desempleados era muy inferior a ésa. Se dio la circunstancia en varias ocasiones que amistades de propio promotor le mostraron su afecto y su deseo de que “todo le fuera bien en la vida” pero expresaron su rotundo rechazo al proyecto por los riesgos que conllevaba y el perjuicio en las condiciones de vida del pueblo.

Entre las personas congregadas también hubo familiares del promotor que le apoyaron, exponiendo que las consecuencias negativas que se habían expuesto eran exageradas y expresando su confianza en la persona del promotor. Aunque la reunión tuvo momentos tensos por la confrontación de opiniones enfrentadas, todo se desarrolló por los cauces del diálogo. En ese sentido, algunos vecinos y vecinas echaron en falta que no se hubiera hablado antes del proyecto ya que todos lo habían conocido a través de la prensa cuando hace escasamente dos semanas se publicó la autorización ambiental integrada por parte de la Viceconsejería de Medio Ambiente, ni el propio promotor ni el Ayuntamiento habían informado del proyecto a nadie, una falta de transparencia en la que una vecina quiso pone el acento. El grupo de vecinas impulsoras de la reunión dejó constancia de la invitación al mismo que se había cursado al Ayuntamiento pero ningún concejal ni el alcalde quiso asistir a un encuentro donde se iba a informar de un proyecto de esta envergadura en el municipio.

Desde Pueblos Vivos Cuenca celebramos que se produzcan este tipo de reuniones y encuentros en los pueblos para que la población local pueda estar informada de los proyectos. Un debate siempre puede ser enriquecedor y nos parece que las administraciones locales deberían propiciarlo, escuchando y, en su caso, preguntando a los vecinos/as cuál es su opinión, puesto que como comentaba un vecino lo democrático es que los vecinos y vecinas decidan sobre el futuro de sus pueblos.

El pueblo de Almendros se mostró ayer mayoritariamente en contra del proyecto de macrogranja de Incarlopsa, lo cual se comprobó con las 203 firmas recogidas contra la instalación de esta explotación, aún así como hubo personas que tuvieron que irse antes de la finalización del acto en estos días siguen llegando firmas, todas de vecinos de Almendros. De esta forma, siguiendo las recientes declaraciones del Sr. Clemente Loriente, consejero delegado de Incarlopsa, en las que afirmaba que “no venimos a hacer nada que no quieran ninguna población”, esperamos que Incarlopsa retire el proyecto de macrogranja de Almendros.

Asimismo, igual que celebramos este tipo de reuniones en las que predomina el diálogo entre posiciones encontradas, condenamos los daños producidos durante el encuentro a vehículos de personas que mostraron su rechazo a la explotación